Hay algunas personas que se hacen cortadas en el cuerpo, generalmente en los brazos, pero también en las piernas, a esta conducta se le llama Cutting o autolesión.
Algunas personas llegan a pensar que el cutting es un intento de suicidio, lo cual no es cierto; Eduardo Taboada (2007) define a las autolesiones como “una autoagresión con la intención de provocar un daño en el cuerpo o la salud sin determinación suicida.” No obstante hay que tener en cuenta que el cutting trae consigo riesgos, pues aunque en ocasiones son cortes superficiales, existe el riesgo a que en alguna otra ocasión no sea así; puede que sin intención el corte llegue a ser más profundo causando un gran daño.
Algunas investigaciones informan que este comportamiento en su mayoría comienza en el periodo de la adolescencia; las razones de esto es porque durante esta etapa todo ser humano se pregunta diversos aspectos de su vida acerca de qué se quiere ser, cómo y porqué; dichas interrogantes trae algunos conflictos, temores y angustias a los que cada quien maneja y lidia de distinta forma, algunos lo harán escribiendo, haciendo deporte, otros lo harán enfocándose más a las amistades, a la pareja o al estudio, sin embargo, cuando no se tiene una manera adecuada de manejar estos conflictos se llega al punto donde se tiene que expresar por medio de hacerse algún daño en el cuerpo.
Este tipo de autoagresiones tienen el propósito de experimentar cierto alivio al sufrimiento psíquico y emocional que se está sintiendo en ese momento. Este dolor que se menciona se vive como insoportable y hay un conflicto para expresarlo, por lo que se encuentra en el Cutting una manera momentánea para manejar esos sentimientos.
Existe un alto grado de impulsividad en este tipo de acciones, es decir, que simplemente cuando aparecen esos factores que las provocan, se realizan. No hay algo que las detenga, simplemente se hacen. Es por ello que elcutting se presenta repetitivamente y puede convertirse en un hábito e incluso pensarse como un tipo adicción.
Las autolesiones representan cierto alivio ante el dolor y la angustia, por lo que puede ser difícil que una persona quiera dejar de hacerlo, lo más recomendable en estos casos es buscar la ayuda de un psicólogo que le pueda ayudar a que la persona tenga un mejor manejo en su impulsividad, a entender sus sentimientos y por qué lo está haciendo.
Referencias:
Taboada, Eduardo “Autolesiones”